Más allá del placer de rascarse un testículo en la mañana, existe el placer que le causa a cualquier vecino el colocar merengue, vallenato, salsa erótica, reguetón, el Chichicuilote y/o changa tuki tempranito en fin de semana.
Es sábado, ponte que sean las 8:00am, todavía tu cuerpo no se recupera de la noche anterior ya que llegaste a las cuatro de la mañana y bebiste hasta que tus riñones sangraron. En fin, te destruiste durante la noche del viernes como lo hace la gente “normal”, pero no contaste con que tu vecino es un melómano madrugador fanático de todos los volúmenes de Tropichanga, adicto a las líricas de Miguel Moly y Roberto Antonio, lleva en la sangre la salsa brava de nuevo rico con mal gusto, todavía llora la muerte de Rafael Orozco y le encanta practicar sus nuevos pasos de changa tuki justamente cuando los demás duermen hasta tarde.
El afable vecino se levanta rozagante y animado, listo para empezar la fiesta y coloca el primer suplicio en el reproductor... “La caderona es una chica mona, la gente le mira tremendas caderotas...” De repente te visualizas a ti mismo en el “Estudio Gigante de Venevisión” entre una multitud de mujeres incongruentes, agitando unos ridículos pompones (parecidos al pelo de las payasitas Nifu Nifa) mientras un primate con extraño corte de cabello le canta a una voluptuosa masa femenina que hace una grotesca coreografía con su celulitis:
¡¡¡Aaaaahhh!!! Despiertas de tu letargo. Sudado y no menos arr*cho te levantas, el maltripeo no te deja ni siquiera adorar a tu Dios (rascarte un testículo) te asomas por la ventana, pelas el oído y buscas una víctima cual Terminator... “¡Es el fucking vecino otra vez!”.
Desearías estar muerto para seguir durmiendo en paz, pero no sin antes haber cortado en pedacitos a tu vecino con un cuchillo Jinsu oxidado.
Por lo general, el vecino es una figura humana a la cual apelar en caso de cualquier situación de adversidad: Si no hay agua, le preguntas al vecino cuándo la ponen; cuando botas el control remoto de la reja eléctrica, se lo pides prestado al vecino; cuando te falta un martillo para poner un insignificante clavito, un huevo para la torta, un libro de la universidad, un poquitico de azúcar, una máquina de escribir, un cigarrito, el CD de Window’s, el cargador del celular o cualquier otra estupidez que por desidia no tienes en tu casa... molestas al vecino.
Por consiguiente, el incesante fastidio que le montaste a tu vecino durante la semana con la pedidera de favores desencadenará un inmenso deseo de venganza de su parte... venganza que sin duda le causa un delicioso placer. Esta teoría indica que tú eres el culpable de todo, así que te la calas.
Por otra parte, no podemos olvidar que somos seres humanos y nuestra naturaleza no nos permite reconocer nuestros propios errores a priori, así que encontré otra teoría que no marchitará tu ego: Se trata de la posibilidad de que tu vecino sea una especie de “Telettubie urbano con mal gusto”, lo que en realidad es una raza extraterrestre que estudió el comportamiento humano desde el espacio interestelar. Su misión es apoderarse de un país exportador de petróleo y telenovelas rosas, ambos elementos malignos para la humanidad (algo similar a los judíos para los nazis) luego utilizar todo este poder neutralizante de la moral para conquistar al mundo.
Estos alienígenas observaron cómo, durante décadas, los extraños humanos venezolanos adoraban y gritaban hasta desgarrar sus gargantas frente a los absurdos actos que se presentaban en Sábado Sensacional. Se convencieron de que podrían narcotizar al colectivo si lo arrullaban con la misma música que se predica en “el Maratónico de los Sábados” justo en el momento en que nos encontramos más vulnerables... ¡cuando estamos durmiendo un domingo por la mañanita!
Así aprendieron nuestras usanzas, se disfrazaron con pieles humanas mestizas, vieron horas y horas de Tardes Felices, El Premio Ronda, Abigail, Topacio, El Show de Joselo y Bienvenidos (en Margarita); luego secuestraron a Chepa Candela, se leyeron la biografía de Amador Bendayán 472 veces, se colocaron implantes de cabello a lo Carlos Olivier (Q.E.P.D.) y se esparcieron por todo el territorio nacional. Ahora se hacen pasar por “vecinos inofensivos” que llevan a cabo su malévolo plan cada mañana de fin de semana sin que usted lo imagine.
Otra teoría es que tu vecino practique ritos satánicos con esa música, pero es como ridículo pensar así, ¿no?
2 comentarios:
Jajajajajaja, fucking vecino de mierda jajajajaja
Saludos...
Jajajaja no se qué es peor tu vecino un sábado 8am con Roberto Antonio o mi vecina de lunes a viernes (para mi que trabaja los fines de seman,a no mas), cantando Ana Gabriel con el pulmón lleno de despecho...
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